con una espátula
El Manchester City no falló y demostró su clasificación para la final del Mundial de Clubes donde se enfrentará el próximo viernes al Fluminense brasileño, dirigido por el exjugador del Real Madrid Marcelo, tras vencer este martes por 3-0 al Urawa Reds japonés en semifinales. – El final
Un resultado que el conjunto inglés, que salvó el ‘toque’ Erling Haaland, sobre todo en la primera parte, no reflejó los numerosos problemas que tuvo el conjunto japonés para superar la auténtica tela de araña tejida en torno a su área.
Un muro sin apenas grietas que puso a prueba la paciencia de Pep Guardiola, que no dejó de mover el balón de un lado a otro del campo en busca de la más mínima grieta en la defensa japonesa.
Una táctica que se vio dificultada por la sorprendente lentitud con la que el Manchester City movía el balón, lo que facilitó la labor defensiva de los Urawa Reds, que por momentos no se atrevieron a abandonar el campo.
Una situación que limitó las acciones de peligro del equipo inglés al disparo lejano del español Rodri, héroe de la final de la Liga de Campeones, que buscó en tres ocasiones la portería rival desde fuera del área, sin éxito.
Pero si el duelo midió la fortaleza mental de un City, que no se cansó de intentarlo una y otra vez, también puso a prueba la concentración de los jugadores japoneses, que, incapaces de mantener el balón al mínimo, se vieron constantemente cuestionados.
Un hecho que pesó aún más ante un Urawa Reds que poco a poco empezó a acumular fallos defensivos y desatenciones que permitieron a los ‘Citizens’ poner a prueba de verdad al portero japonés por primera vez.
Un Shusaku Nishikawa que era uno de los jugadores más activos del conjunto inglés evitó que el portugués Matthew Nunes abriera el marcador en el minuto 31 con una gran parada.
Un auténtico aviso de lo que ocurrió minutos después, cuando una nueva embestida del atacante portugués acabó en gol (0-1), después de que el central noruego Marius Hoibretten añadiera a su propia portería un centro de Mathews Nunes en el minuto 46. No destinado a encontrar un subastador.
Un gol que cambió por completo la situación en la segunda parte, donde los campeones asiáticos, obligados a mirar a la portería contraria por el resultado, dieron al City las ocasiones que le negaron en la primera parte.
Circunstancias que permitieron a los hombres de Pep Guardiola, que buscan su cuarto Mundial de Clubes tras conquistar dos con el Barcelona y uno con el Bayern de Múnich, poner fin a su racha con goles del croata Mateo Kovacic y el portugués Bernardo Silva.
Kovacic puso a los Citizens en camino a la final si Kovacic convirtió un balón sensacional de Kyle Walker en el minuto 52 para poner el 0-2, siete minutos después, Bernardo Silva selló el 0-3 definitivo en el minuto 59. Aprovechando el rebote del portero tras un durísimo disparo de Nuno Mathews, que, pese a merecerlo, cerró el partido sin marcar.
Sin embargo, el atacante portugués tendrá una nueva oportunidad en la final del próximo viernes que enfrenta al Manchester City contra el Fluminense brasileño y que podría acabar bien con el cuarto título de Guardiola o el quinto del brasileño Marcelo, exjugador del Real Madrid. Caracas Al Dia