Durante toda la Semana Santa y hasta el domingo 21, la edición número 28 de la Feria del Buñuelo, realizada en Cocoro, estado Yaráquí, reúne a más de 200 expositores en diferentes rubros, principalmente en dulces criollos y buñolos, que son el eje central de estas fiestas populares. .
Se ofrece una variedad de buñuels con el toque personal de cada expositor a un precio accesible (un dólar o el equivalente a 3 buñuels en bolívares) para que nadie se quede sin probar los grandes dulces tradicionales de Semana Mayor.
Además, se comercializan otro tipo de dulces, entre ellos lecoza, cabello de ángel, pastel de chocolate, churros, cotufas, margaritas de varios sabores.
Comida rápida como hamburguesas, hot dogs, empanadas, repostería y la inevitable arepa de chiguiar también forman parte del menú de los asistentes al festival.
Según el alcalde de Cocorot, Pedro Bolaño, la feria convierte a Cocorot en un referente gastronómico, religioso, turístico y cultural a nivel nacional durante la Semana Santa.
“Nuestro pueblo ha mantenido costumbres y tradiciones durante muchos años, lo que ha permitido fortalecer los valores familiares, tradicionales y culturales en el municipio”, agregó.
Señaló que la Feria de Buñuelo se caracteriza por el financiamiento de los expositores a través de la banca pública, “gracias a las políticas implementadas por el presidente Nicolás Maduro para promover el emprendimiento”.
Aceptación total
La aceptación de esta feria es cada vez mayor, ya que ofrece una opción turística diferente durante la Semana Mayor, que se centra en la acentuación de las tradiciones populares a través de la presentación, venta y degustación de los dulces típicos de estas fechas.
Para Lorena Parra, residente de Cocorot desde que nació hace 24 años, estas fiestas siempre han sido parte de su vida y recuerda asistir desde niña.
“Esta feria tiene un profundo arraigo en la cultura de nuestra ciudad y cada año crece más. Tengo amigos de otras regiones que vienen a Yarraquí sólo para probar los Buñuels que aquí se ofrecen y pasarla muy bien, porque realmente todo el ambiente es maravilloso”, enfatizó la joven.
Por su parte, Mónica Peñaloza, por primera vez instaló su puesto en el bulevar designado para la feria y comenzó a vender bunillos y dulce de lecoza, los cuales tuvieron muy buena acogida desde el primer día.
“Los buñuelos de mi abuela son realmente los mejores, esta es una receta que he copiado muy bien, que me encanta y que ahora ofrezco a todos con mucho cariño. Esta es una muy buena oportunidad para realzar nuestra cultura y patrimonio”, dijo Peñaloza.