Las autoridades de Papúa Nueva Guinea advirtieron que hasta 2.000 personas quedaron enterradas vivas en el deslizamiento de tierra del 24 de mayo. Según el Centro Nacional de Desastres de Papúa, la carretera principal que conduce a la mina de Porgera quedó “completamente bloqueada”.
Texto: RFI/AFP
Las Naciones Unidas informaron el lunes que más de 2.000 personas quedaron atrapadas después de que un enorme deslizamiento de tierra destruyera una aldea en Papúa Nueva Guinea.
“El deslizamiento de tierra ha enterrado vivas a más de 2.000 personas y ha causado una destrucción generalizada”, dijo el Centro Nacional de Desastres de Papúa a la oficina de la ONU en la capital, Port Moresby.
La aldea montañosa de Yambli, en la provincia de Nga, quedó casi completamente arrasada cuando partes del monte Mongalo se derrumbaron el viernes por la mañana temprano, enterrando decenas de casas y personas que dormían en su interior.
El domingo, las Naciones Unidas estimaron el número de muertos por el desastre en 670.
Según el Centro Nacional de Desastres de Papúa, la carretera principal que conduce a la mina de Porgera quedó “completamente bloqueada”.
“La situación sigue siendo inestable a medida que el deslizamiento de tierra continúa avanzando, poniendo en peligro tanto a los rescatistas como a los posibles supervivientes”, añadió el centro.
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Horas antes, un alto funcionario de la ONU dijo a la AFP que los equipos de rescate estaban “corriendo contra el tiempo” para encontrar supervivientes.
“Han pasado tres días y siete horas desde el accidente, por lo que vamos contra el tiempo”, afirmó Serhan Aktoprak, de la Agencia de Migración de las Naciones Unidas.
Los rescatistas trabajan en situaciones difíciles.
“Las rocas caen constantemente y el suelo se mueve”, dijo Aktoprak, quien señaló que unas 250 casas de la zona habían sido evacuadas como medida de precaución.
Se esperaba la llegada de maquinaria pesada y excavadoras el domingo por la noche, pero su llegada se retrasó debido a la violencia tribal en la única carretera que no quedó bloqueada por el desastre.
Papúa Nueva Guinea ha experimentado este año numerosos terremotos, inundaciones y deslizamientos de tierra que han complicado el trabajo de los servicios de emergencia.
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