Caracas Al Dia
Delegados de México y Estados Unidos ingresaron al Salón de la Tesorería del Palacio Nacional, sede del gobierno mexicano, pidiendo disculpas sonriendo por el retraso. En un almuerzo que duró aproximadamente una hora y media más de lo planeado, seis altos funcionarios de ambos países subieron al stand, todos listos para concluir dos días de arduo trabajo y presentar los últimos avances en materia de seguridad en la agenda bilateral. Rueda de prensa conjunta. Pidieron tácticas más agresivas contra los precursores químicos del fentanilo, acelerar la extradición de capos criminales, aumentar el intercambio de información para detener el tráfico de armas y tomar medidas más enérgicas contra las redes de trata de personas. Pero cuando llegó la sesión de preguntas y respuestas, de lo que todos querían hablar era del nuevo muro fronterizo aprobado, apenas unas horas antes, y en un giro inesperado, el gobernador de Joe Biden. Una ampliación de 32 kilómetros del muro en el sur de Texas puso los acuerdos en un segundo plano y obligó a los secretarios Anthony Blinken y Alejandro Mayorkas a dar explicaciones: una al presidente Andrés Manuel López Obrador y la otra a los medios.
Para el país
“Nosotros en el gobierno de México estamos absolutamente reacios y en contra de tener un muro allí”, dijo la ministra de Relaciones Exteriores, Alicia Bárcena, quien aprovechó su vasta experiencia diplomática para apoyar el rechazo de su gobierno a la medida sin romper el aire de camaradería que había prevalecido durante la visita de Blinken. . , su homólogo americano. El Secretario de Estado reconoció el diálogo con la Casa Blanca para abordar la crisis migratoria y construir un frente común contra la fuerte retórica. “Construimos puentes, no muros, rechazamos boyas y vallas y aprobamos nuestra cooperación”, comentó con elegancia. “Desafortunadamente, ese anuncio coincidió con su visita”, dijo.
El alcalde se anticipó a la polémica provocada por la decisión de dar luz verde al muro y difundió un mensaje media hora antes del inicio de la jornada para aclarar lo sucedido. “Esta administración ha dejado claro desde el primer día que un muro fronterizo no es la respuesta”, dijo el secretario, parafraseando lo que escribió hace unos momentos. Horas antes, Biden hizo lo mismo ante los periodistas en la Casa Blanca. El presidente estadounidense, que prometió durante la campaña que no iba a ampliar la valla fronteriza, dijo que esos recursos fueron destinados para el muro durante la administración de Donald Trump y no pudo convencer al Congreso de reasignarlos para otros fines. “No teníamos otra opción”, dijo Mayorkas, invocando la misma frase que usó su jefe.
Un día después, López Obrador dio más detalles de su reunión a puerta cerrada con Blinken y creyó en las explicaciones dadas por la Casa Blanca. En un esfuerzo por no provocar polémica y echar más leña a la retórica antimexicana en Estados Unidos, el presidente mexicano desestimó el anuncio por considerarlo “sacado de contexto” y esperó que la construcción del nuevo tramo de la valla no se vaya a concretar. . El embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, adoptó una posición similar. “Vivimos en una época de cooperación histórica entre México y Estados Unidos”, dijo en conferencia de prensa el viernes. “No nos distraeremos ni un poco [de muro]”, añadió, al ser interrogado repetidamente sobre el asunto.
Leer más en El País