Caracas Al Dia
Debido a la presencia y acoso de delincuentes mexicanos en la frontera de Estados Unidos, cerca de 300 migrantes trasladaron este lunes su campamento del cauce del Río Grande (Río Grande en Estados Unidos) y se asentaron en territorio estadounidense.
En el lugar instalaron tiendas de campaña improvisadas con barricadas de alambre de púas y otros llegaron al muro donde formaron una enorme fila y levantaron algunos techos con cobertores y mantas.
“Es como un campamento de espera, no un campamento de vida, ya que esperan un momento determinado de la noche o cuando creen que pueden salir rápidamente”, dijo Arturo David Guerra Matei, un venezolano que ha estado atrapado en Ciudad Juárez durante dos y un meses y medio”, afirmó Caracas Al Dia.
Explicó que muchos de los inmigrantes a lo largo del río se habían dispersado para evitar ataques de pandillas y criminales mexicanos.
Dijo que ante el ataque, muchos otros migrantes decidieron correr para cruzar el pequeño canal (de dos metros de ancho) del Río Grande, hasta quedar atrapados en la barricada de alambre de púas donde sintieron que ya era territorio estadounidense y con él. A salvo, mientras otros llegan a la pared.
“Desde el mismo país, delincuentes mexicanos comenzaron a tirarles piedras y robarles el agua, entonces se dispersaron. Creo que en este momento es un poco difícil cruzar”, agregó el migrante.
Ante este escenario, el venezolano dijo que esperará su designación. “Es más riesgoso ir así, te tienen ahí todo el día desde las 3:00 am hasta el mediodía, te puedes deshidratar y no hay garantía de que nos dejen ir”.
Cientos de migrantes acamparon hace unos días a orillas del río, frente a la Puerta 28, a la altura de la escultura “La
pasan todo el tiempo
Mientras tanto verás cómo grupos de más de 10 migrantes abandonan el campamento y caminan entre la maleza y luego por los agujeros de la barricada de alambre de púas ante la incapacidad de la Guardia Nacional de Texas para detenerlos.
Luego se dirigen al pie del muro, donde forman una fila que comienza en la Puerta 28, donde esperan a que los agentes de inmigración estadounidenses ausentes los detengan y los lleven a un centro de detención para comenzar el procesamiento.
A lo largo de la mañana de este lunes, agentes del Instituto Nacional de Inmigración no se presentaron en la puerta donde se concentra el campamento de migrantes, por lo que la vigilancia fronteriza quedó enteramente en manos de la Guardia Nacional de Estados Unidos.
Ante la entrada de cientos de migrantes bajo alambre de púas, la Guardia Nacional cambió de táctica y desplegó un agente cada cien metros a lo largo de la frontera del río, pero los migrantes continuaron cruzando.
Aarón Marín, otro venezolano que llegó a Ciudad Juárez la semana pasada en tren creyendo que la frontera era segura, decidió no arriesgarse y esperará su cita a través de la aplicación CBP One, la vía oficial para ingresar legalmente a Estados Unidos.
“Nos dijeron que es la frontera más segura, pero nadie la ve realmente. El viaje fue muy difícil, hubo muchas complicaciones en el camino, ya falta menos, pero ahora hay que esperar una cita para seguir adelante y conseguir un mejor camino”, dijo en entrevista con Efe. Frente a la catedral, donde son recibidos. Comer y refugiarse.
“Todos los refugios están ‘llenos’, al menos para pasar una noche durmiendo en el tejado. Nos quedamos aquí, vemos si hay trabajo”, añadió Marín.
El evento refleja una nueva ola migratoria en México, donde los flujos migratorios a través del país hacia EE.UU. se han recuperado después de una caída inicial en mayo pasado debido a la expiración del Título 42 estadounidense. /efe