Un hombre de 63 años de origen venezolano fue encontrado muerto en la frontera entre Chile y Bolivia cerca de la ciudad norteña de Colchén, a unos 2.000 kilómetros de la capital, informó este lunes la policía chilena a la prensa local.
Según las primeras informaciones, la muerte del hombre podría deberse a causas naturales, pero no se puede descartar la intervención de un tercero, considerando que los pantanos donde fue encontrado son utilizados por ‘coyotes’ para ingresar a migrantes en situación irregular. . Bolivia a Chile.
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Cada año, la llegada del verano austral incrementa el flujo de extranjeros que cruzan el altiplano e ingresan a Chile por pasos no autorizados. Decenas de ellos mueren en el camino debido a los escasos recursos, con los que afrontan las condiciones extremas de su recorrido: clima desfavorable, fuertes ráfagas de viento en los días calurosos y temperaturas bajo cero grados por las noches.
Colchén, con unos 1.600 habitantes y situada en un altiplano a 3.700 metros sobre el nivel del mar, se ha visto abrumada en repetidas ocasiones por oleadas de inmigrantes, en su mayoría compuestas por nacionales venezolanos, peruanos, haitianos y colombianos.
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La semana pasada, el gobierno del progresista Gabriel Boric anunció nuevas medidas para facilitar la expulsión de inmigrantes indocumentados, tras una nueva ola de incidentes violentos en las últimas semanas que involucran a extranjeros.
La migración irregular no es un fenómeno nuevo en Chile, pero ha crecido rápidamente en los últimos años. Según la Policía de Investigaciones (PDI), alrededor de 35.000 personas ingresaron irregularmente de enero a agosto de este año.
La ley migratoria, promulgada en 2021 durante la segunda administración del conservador Sebastián Piñera (2018-2022), exige la obtención de visas en los consulados chilenos en los países de origen para evitar que extranjeros ingresen como turistas y cambien su estatus migratorio en busca de trabajo.
El Observatorio de Migración Responsable registró que el número de ingresos irregulares al país se triplicó en 2021, al pasar de poco más de 16.000 a 56.856 en 2020; mientras que en 2022 se registraron 53.875.