Desde Nueva York, el Ministro de Energía Popular para Relaciones Exteriores, Evan Gill, asistió este viernes a un evento con la reconocida periodista estadounidense Anya Parampil, quien presentó su libro “Corporate Coup: Venezuela and the End of the US Empire”. .
En la actividad, el Ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela comentó su participación ayer en la 89 Sesión Plenaria de la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) con el tema “Eliminación de medidas económicas coercitivas unilaterales externas utilizadas como herramientas políticas”. y coerción económica”, decía una nota del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Al interior del organismo multilateral, Venezuela reiteró su condena a más de 930 medidas sistemáticas y sostenidas de terrorismo económico implementadas hasta la fecha por Estados Unidos (EE.UU.), la Unión Europea y otros países satélites.
“Hemos visto una condena unánime en la Asamblea General, porque grandes partidos, como el Movimiento de Países No Alineados (MNOAL), el G-77 + China, el Grupo de Amigos en Defensa de la Carta de la ONU”, rechazaron el llamamiento. de medidas coercitivas unilaterales (MCU)”, señaló.
Condenó que, vergonzosamente, un grupo de países defendieron las sanciones, pero fueron los países que las implementaron, es decir, “criminales que se defendieron”. Vimos un debate entre los atacados y los agresores, que el mundo se levanta y construye un uno nuevo, y ese mundo. Todavía hay mentalidades y acciones coloniales”.
El ministro Gill enfatizó que quedó claro para el plenario de la ONU que la aplicación del MCU no sólo era criminal e ilegal, sino que no tenía ningún efecto para cambiar el comportamiento de las personas más allá de crear un castigo colectivo.
Enfatizó que las sanciones no son más que una expresión del declive de un orden mundial imperialista y de un liderazgo que hoy sucumbe a la realidad de su declive.
Gill también habló de la responsabilidad del Gobierno Bolivariano en la administración de los recursos provenientes de su comercialización de petróleo y gas, como lo demuestra la creación del programa PetroCarib de asistencia energética a los países del Caribe, incluido Haití, por ejemplo.
También presentó las fortalezas del país en cuanto a su aspiración de convertirse en miembro pleno del grupo BRICS, como las mayores reservas probadas de petróleo, una de las mayores reservas de gas y muchos otros minerales, además de su exitosa experiencia política. promover la integración con las políticas que rigen las actividades del ALBA-TCP, UNASUR, CELAC y países emergentes.