El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, ha asegurado que no se arrepiente de haber ordenado el ataque a la embajada de México en Quito, Jorge Glass, exvicepresidente de Rafael Correa (2007-2017), a quien le concedió asilo el Gobierno mexicano. Antes.
“No me arrepiento”, dijo Noboa en una entrevista la semana pasada con el canal australiano SBS y transmitida este lunes, la primera charla del presidente con la prensa desde que comenzó la crisis en México.
Ante la condena casi unánime de la comunidad internacional por violar la inviolabilidad de una sede diplomática, Noboa admitió que “fue una decisión muy difícil de tomar”, pero que lo hizo porque su gobierno consideró que México era el primero en violar el derecho internacional. . Reglamento
“Primero fue una violación al gobierno mexicano, luego siguió otra violación, pero teníamos que actuar, teníamos que tomar una decisión, porque había un plan de fuga que conocíamos”, declaró Noboa.
“Condenamos que algunos gobiernos utilicen sus embajadas para enmascarar el asilo político, que en realidad es impunidad, es proteger a los criminales de sus sentencias”, añadió.
El Presidente de Ecuador recordó que la Convención de Asilo de Caracas establece que no se puede otorgar asilo a personas juzgadas en tribunales ordinarios por delitos comunes.
El exvicepresidente tenía orden de aprehensión y se encuentra en prisión preventiva en relación con los trabajos de reconstrucción del potente terremoto ocurrido en 2016, donde se le acusa de presunta malversación de fondos públicos.
“George Glass tenía sentencia en este caso y debía permanecer en prisión”, reiteró Noboa, por lo que Glass “tuvo un juicio justo”, aunque el político se sintió, como muchos funcionarios públicos, perseguido políticamente por Rafael Correa.
Glass siempre ha negado los cargos en su contra y se declaró víctima de 'jerga legal' (el uso del sistema judicial contra opositores políticos).
El presidente de Ecuador dice que intentará almorzar con López Obrador sobre los planes para resolver la crisis con México.
“Invitaré a López Obrador a comer ceviche y tal vez podamos comer unos tacos y hablar cuando esté listo”, dijo.