La ONG Iran Human Rights informa que el gobierno iraní ha ejecutado a 29 personas, mientras que en lo que va de 2024 han sido ejecutadas 313.
Texto: RFI/AFP
Irán ahorcó este miércoles a 29 personas, 26 de ellas condenadas a muerte colectiva, que fueron condenadas por delitos como asesinato, tráfico de drogas o violación, anunció la ONG Irán de Derechos Humanos (IHR).
Según la organización con sede en Noruega, las ejecuciones colectivas se llevaron a cabo en la prisión de Gezel Hesar en Karaj, cerca de Teherán. Los tres restantes fueron ahorcados en otra prisión de la misma ciudad.
Otros grupos de derechos humanos como la Agencia de Noticias Activistas de Derechos Humanos (HRANA) y el Centro de Derechos Humanos en Irán (CHRI), ambos con sede en Estados Unidos, han confirmado la ejecución de al menos veinte personas en Karaj.
Según las estadísticas de Amnistía Internacional, Irán es el segundo país del mundo que ejecuta a más personas cada año, sólo después de China.
Este año ha ejecutado a 313 personas, dijo el IHR. Pero no ha habido una ejecución masiva de esta magnitud desde 2009, añadió.
“Sin una respuesta inmediata de la comunidad internacional, cientos de personas podrían ser víctimas de la máquina asesina de la República Islámica en los próximos meses”, afirmó Mahmoud Amiri-Moghaddam, director de la ONG.
*Leer más: Irán, por Fernando Luis Egaña
Activistas de derechos humanos alegaron que Irán utilizó la pena de muerte como método de intimidación tras las protestas por la muerte bajo custodia de Mahsa Amini en 2022, una mujer kurda de 22 años arrestada por violar el código de vestimenta femenina.
Horas antes, las autoridades ejecutaron a un hombre condenado por matar durante esas protestas en la prisión de Kermanshah, en el oeste del país.
La región de mayoría kurda fue uno de los epicentros de las protestas que estallaron tras la muerte de Amini.
Según Mizan Online, el órgano de prensa del sistema de justicia, el ejecutado, Gholamreza Rasai, fue condenado en noviembre de 2022 por matar a un coronel del ejército ideológico de Irán, la Guardia Revolucionaria.
Fue ejecutado en secreto sin informar a su familia ni a su abogado. Según Amnistía Internacional, su familia se vio obligada a enterrar su cuerpo en una zona apartada, lejos de su casa.
La ONG denunció que la sentencia se basó en una confesión obtenida bajo tortura y afirmó que la pena de muerte demostraba la determinación de Teherán de “utilizar la pena de muerte como herramienta de represión política para infundir miedo entre la población”.
Vista de publicación: 59