Los gobiernos de Perú, Chile y Uruguay se pronunciaron tras la decisión de Venezuela de retirar a todo el personal diplomático de las misiones de esos países, así como a otros cuatro, rechazando declaraciones injerencistas sobre las elecciones presidenciales del 28 de julio.
En un comunicado difundido por el canciller Iván Gill, Venezuela exigió a los gobiernos de esos países, Argentina, Costa Rica, Panamá y República Dominicana, “retirar inmediatamente a sus representantes del territorio venezolano”.
Frente a las declaraciones intervencionistas de este gobierno, las autoridades venezolanas las rechazaron y trataron de resucitar al fallido y derrotado Grupo de Lima, abiertamente comprometido con los más atroces principios ideológicos de Washington y el fascismo internacional, que quería ignorar los resultados electorales.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Perú emitió un comunicado en el que dijo que el Ministro de Relaciones Exteriores, Javier González-Oleccia, había ordenado a los diplomáticos venezolanos que abandonaran el país dentro de 72 horas.
Por su parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile también emitió un comunicado indicando que tomaría medidas similares para garantizar que el personal diplomático acreditado en Venezuela abandone ese país.
Asimismo, la ministra del Interior de Chile, Carolina Tohá, calificó este lunes de “preocupante” la decisión de Venezuela, mientras que el presidente Gabriel Boric consideró que la medida tenía una “serie de argumentos increíbles”.
En cambio, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Uruguay emitió un comunicado de prensa lamentando la decisión del gobierno venezolano, calificándola de “injusta y desproporcionada”.
En las elecciones del domingo, el presidente Nicolás Maduro ganó las elecciones para un nuevo mandato (2025-2031) con el 51,2% de los votos, según el primer boletín emitido por el Consejo Nacional Electoral (CNE).