El presidente Gustavo Petro deploró hoy la matanza de civiles no combatientes como víctimas de guerra en el marco del conflicto armado interno de Colombia.
El Presidente señaló las audiencias de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), donde los perpetradores del hecho, en su mayoría militares retirados, admitieron que estaban matando a personas inocentes para liberarlas como guerrilleros a cambio de recompensas.
“Quienes la aplauden o la niegan, niegan la posibilidad de construir la reconciliación en Colombia sobre estas cenizas”, enfatizó Petro.
Aseguró que sus autores intelectuales y físicos habían escrito una de las peores páginas de la historia de la humanidad.
“6.402 jóvenes han sido asesinados por el Estado solo por conseguir unos votos, un aplauso popular, una gallina o una medalla”, dijo Petro a través de su perfil de Twitter.
Según el régimen, la seguridad construida sobre miles de sangre inocente no es seguridad, es la mayor seguridad humana.
“Con este asesinato sistemático querían que la preocupación de Colombia por la paz y la tranquilidad se convirtiera en apoyo electoral”, subrayó.
“Falsos positivos” es el nombre que se le da a los casos que involucran a miembros del ejército nacional en la matanza de civiles predominantemente no combatientes, dejándolos como bajas de guerra en el marco de conflictos armados internos.
La JEP, en un informe de febrero de 2021, cifra el total de víctimas en 6.402 entre 2002 y 2008, principalmente durante el gobierno de Álvaro Uribe (2002-2010).
“Dormir cómodamente en un departamento cálido al norte de Bogotá o en un poblado de Medellín, sentirme seguro, aplaudir cómo exterminaron a la guerrilla, un fantasma creyente del Führer, cuando exterminaron a nuestros jóvenes albañiles, populares, sin otra oportunidad, no fuera de el pelotón de fusilamiento”, dijo Petro
Esta semana finalizó una audiencia pública de la JEP, a la que asistieron ocho miembros de la fuerza pública, quienes admitieron su responsabilidad en la desaparición y asesinato de 47 personas entre 2002 y 2006 y que fueron presentadas como bajas de guerra y sepultadas en Las Mercedes. De Dabeiba. Hoy, la persistencia continúa con una ley de reconocimiento en la ciudad de Medellín.
“Triste país que aún agradece o niega este insulto. Nuestra mayor responsabilidad hoy, además de brindar la mayor reparación posible a las víctimas, es lograr que esto no vuelva a suceder en nuestra historia. Que seamos capaces de construir una democracia y justo”, subrayó el jefe de Estado. dio