La ONG SOS Orinoco confirmó que una mina ilegal ubicada en la zona de Carrida (municipio de Atabapo, Amazonas) aumentó en 13 hectáreas entre los meses de julio y septiembre de 2024. En la zona viven al menos 1.200 personas, que utilizan 123 máquinas para extraer el oro.
La ONG SOS Orinoco informó este martes 29 que militares cobran 16 gramos de oro para permitir que cientos de mineros ilegales se instalen en la zona de Atabapo, en el estado de Amazonas.
En una publicación en redes sociales, la organización destacó que en medio de la fiebre del oro en la zona de Carida del municipio de Atabapo, funcionarios de la Guardia Nacional cobran semanalmente por permitir la estancia de mineros ilegales.
SOS Orinoco confirmó que esta minería ilegal aumentó en 13 hectáreas entre julio y septiembre de 2024. En la zona viven al menos 1.200 personas, que utilizan 123 máquinas para extraer el oro. Destacó que “todos los líderes militares y civiles locales son parte del negocio”. El municipio está gobernado por la alcaldesa Vicira Suárez del Partido Socialista Unido de Venezuela.
Bula Dorada en Carida (Atabapo, Amazonas):
De julio a septiembre de 2024, esta mina ilegal creció 13 hectáreas y ahora alberga a 1.200 personas, que explotan 123 máquinas por las que los militares cobran 16 gramos de oro por máquina a la semana.
Esta es otra prueba de que supuestamente… pic.twitter.com/TKuIINC2n8
— SOS Orinoco (@SOSOrinoco) 29 de octubre de 2024
El grupo conservacionista aseguró que esto es “una prueba más de que la supuesta lucha del gobierno de Nicolás Maduro contra la minería ilegal es una farsa: todas estas son minas que fueron totalmente expandidas en el Parque Nacional Yapacana y por los mineros con el visto bueno del ejército”.
También dijeron que esperan que “un comandante honesto y patriótico ponga fin a este crimen y corrupción ambiental”.
El 21 de octubre, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) llamó al Estado venezolano a tomar medidas “concretas e inmediatas” para proteger al pueblo yanomami contra la minería ilegal y sus impactos ambientales, desplazamientos forzados, escalada y propagación de la violencia. Enfermedades infecciosas.
La CIDH expresó preocupación por incidentes reportados por líderes indígenas yanomami sobre lo que está sucediendo en su entorno donde la presencia y avance irregular de “garimpeiros” los obligó a abandonar sus tierras en otros lugares. en Brasil y Colombia, lo que a su vez influyó en el aumento de la violencia en estados como el Delta Amacuro, el Amazonas y Bolívar.