Para Marino Alvarado, miembro de Provera, y Laura Luza, directora de Acceso a la Justicia, la firma del embajador de Carrier, Edmundo González Urrutia, está en un documento en el que supuestamente reconoce que la sentencia número 31 del TSJ no es válida si se obtiene la firma. coerción
“Como se firmó bajo coacción, no es válido. El mismo comportamiento de Jorge Rodríguez (Presidente de la Asamblea Nacional) que muestra fotografías y videos de Edmundo en la Embajada de España demuestra cómo el Estado usa su poder para intimidar a un ciudadano. Cualquier contrato o firma realizada por una persona bajo coacción es ilegal. El propio video indica que fue hecho bajo presión”, analizó la abogada Luza durante una nueva edición de Con La Luz.
Para Alvarado, la decisión de Miraflores de hacer público el documento de González Urrutia, que ni siquiera considera legítimo, es parte de una estrategia gubernamental para distraer a los venezolanos de “cuestiones fundamentales”. “Esto se debe a que un hombre vino a votar el 28 de julio y dio una lección a los poderes”, dijo.
“Así como una sentencia inconstitucional no es válida y va a ser impugnada. Tampoco es válido un video donde obligan a una persona a firmar, como lo que se hizo con adolescentes, torturándolos y obligándolos a incriminarse”, explicó Alvarado.
El integrante de Provia también indicó que la deportación de González Urrutia demuestra que “la represión en Venezuela es tan severa que un presidente electo fue obligado a abandonar el país”.
Alvarado explicó que esta situación es algo que las organizaciones de derechos humanos que trabajan en el país han denunciado reiteradamente. “En Venezuela, el gobierno de Maduro está demostrando que no quiere cumplir con el acuerdo complementario firmado con la oficina de la CPI”, afirmó.
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