con una espátula
Tras la repentina expulsión de funcionarios de la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUR) en Caracas, surgieron especulaciones sobre los posibles motivos que motivaron al chavismo a tomar esta acción.
“Seguimos con gran preocupación la detención de la defensora de derechos humanos Rocío San Miguel en Venezuela”, advirtió el pasado martes la agencia de la ONU en su cuenta de Facebook.
A pesar de los desmentidos de Tarek William Saab y otros portavoces del chavismo, la Alta Comisión fue clara al respecto.
“Se desconoce su paradero, lo que constituiría una desaparición forzada”, dijo la entidad luego de que el chavismo negara durante días cualquier irregularidad en la detención de San Miguel, que incluyó la agresión a cinco miembros de su familia y comparecencias ante los tribunales por altos cargos. Horas de la noche sin un abogado de confianza.
“Pedimos su liberación inmediata y el respeto de su derecho a la defensa”, concluyó el Alto Comisionado.
Fuerzas al servicio del chavismo detuvieron arbitrariamente a San Miguel, mientras el Ministerio Público lo acusaba de participar en la operación “Pulsera Blanca”, sin presentar pruebas al público.
La dirección del palacio de Miraflores esperó sólo 48 horas para anunciar la expulsión del diplomático Iván Gill del organismo vinculado a Naciones Unidas, según lo acordado entre Michelle Bachelet y Nicolás Maduro, y aprobado por el actual alto comisionado en su próxima visita, Volcker. .
Por si esto fuera poco, la Corte Penal Internacional (CPI) planeó establecer una oficina de fiscalía en la misma sede en Caracas donde operaba la Alta Comisión. Esta situación se complica, lo que violará el memorando de entendimiento entre el chavismo y Karim Khan.