El presidente ruso, Vladimir Putin, recibió hoy a una delegación de siete líderes africanos para hablar sobre su compromiso con la paz en Ucrania en medio de una contraofensiva lanzada por las fuerzas de Kiev, a las que ha pedido apoyar con armas de largo alcance.
“Queridos amigos, no somos nosotros, pero el liderazgo de Ucrania ha anunciado que no llevará a cabo ninguna negociación (…) Ciertamente estamos listos para estudiar todas sus propuestas”, dijo Putin, que se llevó a cabo en la reunión. Palacio de Constantino en San Petersburgo.
Putin aseguró que Rusia valora la posición de los países africanos “a favor de mantener la estabilidad y seguridad global”, así como de “construir un modelo justo de relaciones internacionales”.
“Me gustaría subrayar una vez más que estamos abiertos al diálogo constructivo con todos los que buscan establecer la paz en interés de los principios de justicia y los intereses legítimos de las partes”, agregó.
África quiere la paz
El presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, por su parte, considera que es hora de “acabar con la guerra” en Ucrania.
Ramaphosa le dijo a Putin durante la reunión, a la que también asistieron los líderes de Senegal, Egipto, Uganda, Zambia, Congo y las Comoras, que “es hora de que ambas partes comiencen a hablar y terminen la guerra”.
Agregó que “esta guerra ha causado inestabilidad y daño a países de todo el mundo”.
“Y nosotros, los países africanos, estamos sintiendo las consecuencias de esa guerra nosotros mismos”, dijo.
Ramaphosa, quien encabeza una delegación africana en Moscú luego de reunirse con el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky en Kiev, presentó un plan de paz de 10 puntos a Putin y describió la misión de los líderes africanos para contribuir a la resolución del conflicto ucraniano.
El Plan África incluye medidas para la resolución pacífica de conflictos, negociaciones de paz, desescalada por ambas partes, reconocimiento de la soberanía de los países de acuerdo con la letra y principios de Naciones Unidas, garantías de seguridad para todos, así como la retirada. Bloqueos en el movimiento de granos alimenticios y fertilizantes de ambos países y ayuda humanitaria para los niños afectados por el conflicto, incluidos los niños “retenidos como rehenes” y “para regresar” a sus hogares.