con una espátula
Vladimir Putin volvió a jugar su carta de la ambigüedad esta semana frente a sus colegas del G-20. Dijo que teníamos que pensar en cómo detener la “tragedia” de la guerra por primera vez desde que comenzó la invasión de Ucrania hace 21 meses. “Sin embargo, Rusia nunca ha rechazado las conversaciones de paz con Ucrania”, aclaró. ¿Putin izó la bandera blanca? ¿Quieres una mesa de debate?, se preguntaron los participantes en esta conferencia virtual organizada por el primer ministro indio, Narendra Modi. Con el paso de las horas, quedó claro que Putin estaba tratando de presionar a Ucrania para que negociara para Occidente, aprovechando el cansancio causado por la guerra y otro conflicto grave en Gaza, para “competir” por Gaza. Enfoque planetario.
Por Infobae
Otro invierno de guerra en la estepa ucraniana sería muy doloroso y costoso para todos. Fuentes del gobierno estadounidense sugieren que Rusia podría sufrir 120.000 muertos y entre 170.000 y 180.000 heridos. Ucrania cifra en 70.000 muertos y 120.000 heridos. Por segundo año consecutivo, los ataques sin sentido contra edificios y centros comerciales ucranianos por parte de los rusos están pasando factura a la población civil de Ucrania, que hasta ahora ha sido extremadamente despiadada. Y por no hablar de los aliados occidentales que ya han aportado 160.000 millones de dólares en ayuda. La economía rusa también está empezando a tambalearse en algunos sectores. “Eternity War” no parece un “negocio” para nadie. Y ahí es donde se encontró Putin.
Siempre hay que recordar que cuando todo esto empezó en febrero de 2022, Putin planeaba tomar Kiev en tres días y el resto de Ucrania en seis semanas. Estaba convencido de que el comediante que llegaría a la presidencia, Volodymyr Zelensky, no sería capaz de organizar una resistencia efectiva. La sorpresa para el Kremlin fue enorme cuando las fuerzas ucranianas no sólo resistieron, sino que arrinconaron a las fuerzas rusas, muy superiores, en el oeste y suroeste del país. No menos sorprendente para el Kremlin fue el consenso de Europa y Estados Unidos en ayudar a Ucrania y considerar el ataque como una amenaza para las democracias liberales del planeta.
“Sí, por supuesto, la acción militar es siempre una tragedia”, dijo Putin después de describir lo que se estaba desarrollando por primera vez como “una guerra” en lugar de la “operación militar especial” redactada por el Kremlin. Inmediatamente, dio el giro polémico que buscaba al comparar el ataque que había ordenado con lo que estaba sucediendo en Medio Oriente. “¿Y no es escandaloso el exterminio de la población civil en Palestina hoy en la Franja de Gaza?” preguntó Putin. Para concluir con el argumento que quería exponer ante los líderes de los 20 países más influyentes: aquí está la guerra de Occidente contra todos nosotros. Pone a los palestinos en el mismo saco que a los ucranianos de raíces rusas a quienes dice proteger y a quienes quiere “liberar”.
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