El Defensor del Pueblo de Panamá, Eduardo LeBlanc, afirmó este jueves que la repatriación de migrantes irregulares que ingresan al país a través de la selva del Darién, fronteriza con Colombia, “debe ser voluntaria” y no forzada.
“La repatriación debe ser voluntaria, no pueden ser forzadas. Hay que dar a las personas la oportunidad de continuar, de buscar asilo. Porque pueden ser perseguidas políticamente”, declaró LeBlanc, pidiendo respeto a los derechos humanos.
Los migrantes vienen de lugares donde “te encarcelan por pensar diferente” o “por ejercer el periodismo”, dijo el responsable de derechos humanos en una entrevista con la cadena EcoTV.
El Defensor del Pueblo también destacó que más del 20% de los miles de personas que llegan a Panamá a través de la selva en su viaje hacia América del Norte son niños y adolescentes, que no pueden ser detenidos ni encarcelados.
En lo que va de año, unos 200.000 migrantes han atravesado las selvas mientras que más de 520.000 en 2023, una cifra sin precedentes, según datos oficiales. La gran mayoría son venezolanos.
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El nuevo gobierno de Panamá, encabezado por José Raúl Mulino, firmó el pasado lunes, cuando asumió el cargo para un mandato de cinco años, un acuerdo con Estados Unidos que prevé la repatriación de inmigrantes indocumentados que ingresan al país a través de la selva.
Un día después, el gobierno de Washington anunció que destinaría 6 millones de dólares para financiar el acuerdo con Panamá, que incluye apoyo a vuelos de deportación de personas que “no requieren protección internacional u otros requisitos legales”. País centroamericano.
Marcela Escobari, asistente especial del presidente estadounidense Joe Biden, y Eric Jacobstein, subsecretario de Estado adjunto, dijeron a la prensa, sin especificar cuántos serían deportados y a qué países.
En este contexto y desde la campaña, el presidente Molino ha prometido “detener” el movimiento de migrantes por el Darién, lo que comenzó a implementar con la instalación de una “barrera perimetral” entre los tres caminos de la selva, con el fin de “canalizar ” ejercer control sobre el flujo de migrantes y sobre él, confirmó un comunicado oficial el miércoles.
El Defensor del Pueblo dijo que la agencia y su contraparte colombiana habían identificado 11 rutas entre Darién, una de las cuales era utilizada por los pueblos indígenas de la zona, y acogió con agrado las medidas panameñas de cerrar tres “canales”, ya que quería brindar más protección a los viajeros, que a menudo son frecuentados por grupos criminales. Víctimas de asaltos, robos e incluso violaciones o asesinatos.
LeBlanc recordó que ya había presentado una denuncia penal ante la fiscalía de Panamá para investigar cerca de 400 denuncias de violaciones en las selvas fronterizas con su país y Colombia.
Pero el Defensor del Pueblo expresó que la idea de cerrar los senderos en la selva tendrá, sobre todo, un efecto psicológico que no necesariamente detendrá el flujo, porque los migrantes encontrarán otros caminos, en el mismo Darién o por mar, para continuar su viaje. ruta hacia el norte hacia Centroamérica.