Cuando el director argentino Lisandro Alonso buscaba actores indígenas para rodar su película “Eureka” en uno de los lugares más pobres de Estados Unidos, la Reserva de Pine Ridge (Dakota del Sur), la joven sioux Sadie LaPointe aplicó sin dudarlo.
Después de todo, vivía justo al lado de la Reserva Rosebud y estaba familiarizado con los terribles problemas de sus vecinos Oglala Lakota.
Asimismo, la joven universitaria de 20 años quería ser actriz desde pequeña, hasta que hizo una audición para “Killer of the Flower Moon” de Martin Scorsese, una de las sensaciones del Festival de Cine de Cannes. .
“Hice una audición para esa película hace unos diez o doce años, pero no sé qué pasó, la pospusieron y nunca llegué a ser parte”, explicó en una entrevista con AFP en Cannes. .
“Ya tengo la entrada aquí para verlo [en Cannes]. Me encanta que tenga adivasi de verdad, que haya más adivasi en la industria» del cine, añade con una sonrisa.
indígenas y americanos
LaPointe vio una segunda oportunidad en el cine con una película completamente diferente a la megaproducción de Scorsese.
“Eureka” es una especie de ensayo visual sobre el destino de los pueblos indígenas del continente. Y Sadie LaPointe juega un papel esencial en la historia, teniendo una perspectiva clara y tranquila sobre el terrible abandono de sus congéneres hasta que toma una decisión crucial.
“Creo que en el fondo siempre quise [ser actriz]. Cuanto mayor me hacía, más me interesaban las películas”, explica.
La película de Lisandro Alonso, que presentó toda su filmografía (seis películas) en Cannes, se presentó fuera de competición.
Junto con la película de Scorsese y “Los Colonos” del chileno Felipe Gálvez, “Eureka” es parte de una serie que aborda directamente los problemas indígenas en las Américas.
Pero, de hecho, LaPointe, quien está estudiando para obtener una maestría en administración de empresas, tiene orígenes mestizos. Parte de su familia es de ascendencia francesa, como lo demuestra su apellido.
“Según nuestro gobierno, tenemos que estar etiquetados. No sé muy bien cómo es mi árbol genealógico, pero sé que se remonta a 1800 cuando los franceses y los estadounidenses se enfrentaron”, explicó. “Y aquí estoy”, agregó.
Sadie LaPointe se considera sioux y americana, nativa americana y mestiza.
“Me siento completamente representativo de la nación Lakota”, con su tribu Rosewood, dice. “Y estoy muy feliz de representar a mi lado estadounidense”, agregó.
Optimismo imbatible
Su papel en la película refleja ese optimismo indomable.
Lisandro Alonso explicó a la AFP que Sadie era una “actriz nata”. “Y él conoce muy bien estos temas”, agregó.
A través de Sadie LaPointe y una mujer policía local (interpretando su propio papel en “Eureka”), el espectador ve la brutalidad de una comunidad donde el alcoholismo y las drogas son rampantes.
“Lisandro me permitió cambiar lo que yo quisiera del guión y fue muy respetuoso a la hora de reflejar a los indígenas de Dakota del Sur”, cuenta la joven, que luego aspira a ser fotógrafa.
“Es una película que nos permite llegar a nuestras propias conclusiones”, dice.
Después de completar sus estudios, quiere volver con sus padres por algún tiempo.
“A los nativos americanos no les importa mucho el dinero, ¿sabes? Estamos muy felices con nuestra familia. [En Dakota del Sur] No tenemos mucho, restaurantes o cosas así, pero el paisaje lo vale”, agrega como recomendación a los turistas.