El fiscal general de Venezuela, Tarek William Saab, dijo el lunes que la activista de derechos humanos Rocío San Miguel compartió inteligencia estatal con un embajador extranjero sobre planes para desestabilizar el país, llamándolo “espía”.
En declaraciones a la prensa, Saab acusó a Rocío San Miguel, activista de derechos humanos y abogada especializada en asuntos militares, de compartir información de seguridad nacional con un embajador extranjero, explicando que San Miguel estaba en posesión de 18 mapas cartográficos que detallaban diversas instalaciones. militares y sus respectivas zonas de seguridad
“Esta información se obtendrá con cooperación militar; dichas áreas se consideran reservadas de inteligencia para los estados fronterizos”.
Asimismo, indicó que el teléfono de San Miguel estaba en la lista de contactos de los militares que lideraron la llamada Operación Brazalete Blanco, que según autoridades venezolanas tenía como objetivo atacar al presidente Nicolás Maduro y provocar el caos en el país, y dijo que San Miguel estaba “contra la soberanía nacional”, actuó como espía al asociarse con miembros de las fuerzas armadas o a través de relaciones públicas para planificar operaciones.
Saab dijo que los mapas y boletines gubernamentales donde se trazaban las zonas de seguridad eran una cuestión pública, aunque consideró que su almacenamiento sistemático era parte de un “trabajo de inteligencia sostenible”.
“Esta información se recopila y dirige de manera sistemática, con el apoyo de personas con conocimientos de geografía o mapas”.
Dijo que su ONG Control Ciudadano es una máscara.
“Las actividades de Rocío San Miguel no tenían relación con los derechos humanos. Su ONG es una fachada para denunciar a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana. Incluso hay declaraciones suyas pidiendo sanciones contra el Estado”.
Saab dijo que San Miguel tenía perfiles, listados y contactos sobre el alto mando militar y lo acusó de ser “un agente” a quien una trasnacional petrolera le realizó varios pagos en dólares, uno de ellos supuestamente para realizar un análisis ambiental. Una instalación militar en Venezuela.
“San Miguel informó a un embajador europeo sobre el fortalecimiento de las defensas antiaéreas”, y dijo que el activista se había reunido con diplomáticos de al menos cuatro países, aunque no precisó cuáles.
Aseveró que su oficina logró grabar reuniones entre San Miguel en Europa y Estados Unidos con militares para transmitir la supuesta información, y también acusó a San Miguel de preparar un protocolo para “ocultar” sus equipos electrónicos en caso de ser capturado. .