Dra. Carmen Mantellini
Estamos en febrero y los temas, las fechas y los detalles románticos de San Valentín se están poniendo de moda al ser hoy San Valentín. Pero poco se dice sobre el dolor que algunas mujeres experimentan durante la intimidad.
El dolor durante las relaciones sexuales a veces es un tabú, otras veces ni siquiera es un tema de conversación, se ignora quizás por vergüenza o porque no sabemos que existe una solución. En medicina llamamos dispareunia al dolor que aparece con las relaciones sexuales, y lo clasificamos en dos grupos, superficial y profundo, sin embargo, ambos pueden aparecer en el mismo paciente.
Hoy hablemos de la dispareunia superficial, que es un dolor que aparece con la penetración. También previene la posibilidad de casos más graves. La paciente describe un dolor muy intenso que dificulta incluso un examen ginecológico porque aparece al tocar la vulva. En otros casos puede producirse penetración, pero va acompañada de ardor y dolor durante la penetración, lo que afecta a la lubricación y empeora a medida que seguimos intentándolo.
Hay muchos factores que pueden causar esto. Lo primero que descartamos durante una exploración clínica es una infección ginecológica, ya que es muy común y su mejoría suele ser casi inmediata. También evaluamos el tono de la entrada a la vagina o introito vaginal y las características de la vulva y el tejido vaginal.
La pérdida de estrógenos con el uso de ciertos anticonceptivos hormonales, el envejecimiento o la insuficiencia ovárica, entre otros motivos, adelgaza el tejido que recubre la vulva y la vagina, volviéndolo más frágil y menos sensible a la estimulación. En este caso, el tratamiento hormonal local con estrógenos o andrógenos alivia estos síntomas en al menos dos semanas.
Pero hay que explorar y descartar otras causas de dolor, donde el más mínimo contacto con la piel de la vulva provoca contracción vaginal y la penetración o exploración vaginal ginecológica es prácticamente imposible. En este caso, es importante cancelar el uso de irritantes en los detergentes que utilizamos para la higiene íntima o la ropa íntima, y por otro lado, identificar las zonas que provocan el dolor, ya que éste queda bien localizado mediante el uso de anestésicos. , acompañado de sustancias que afectan la función profunda o nerviosa, podemos conseguir un alivio.
Los periodos de convalecencia suelen ser largos y, en algunos casos, puede ser necesario apoyo psicológico. La buena noticia es que normalmente mejora. En todos los casos, el uso de lubricantes íntimos mejora el dolor y facilita la posibilidad de retomar las relaciones sexuales mientras esperamos la respuesta al tratamiento. Es muy importante recordar que el dolor afecta la respuesta sexual, y cuando no buscamos ayuda, el dolor puede volverse crónico e incluso afectar el deseo, y esto es lógico porque ¿quién quiere tener relaciones sexuales cuando duele?
Si quieres saber más sobre este tema te estaré esperando en mis redes sociales. @dramantellini.
Caraota Digital no se hace responsable de las opiniones, calificaciones e ideas expresadas en las columnas de opinión publicadas a través de este medio.