El economista Manuel Sutherland dice que las sanciones económicas internacionales no tienen ningún efecto positivo en la creación de cambios políticos.
“Las sanciones, en general, golpean más duramente a las poblaciones más vulnerables. Realmente no molestan a los líderes que dirigen el país y tienden a castigar con más fuerza a las poblaciones más pobres”, declaró en una entrevista con Contrapunto.
Funcionarios del gobierno de Nicolás Maduro confirmaron que existen más de 900 restricciones que impiden su funcionamiento, pero otras investigaciones “hablan directamente de 600 medidas y restricciones individuales”.
Según el director del Centro de Investigación y Formación de los Trabajadores (CIFO), las sanciones no hicieron más que exacerbar algunos de los efectos sociales de la crisis.
“Es cierto que las sanciones no provocaron la crisis económica ni la compleja crisis humanitaria que sufre Venezuela, pero también es un hecho que las sanciones dificultan dramáticamente la recuperación de un país que ha perdido el 70% o el 80% de su PIB. . , que se encuentra en una situación catastrófica y ayuda humanitaria. , que requiere una afluencia masiva de préstamos multilaterales y grandes inversiones.
“Las sanciones causan un daño enorme debido a la debilidad de la estructura económica y a la total incapacidad del gobierno para superarlas o evitarlas. Si cada minuto el gobierno culpa a las sanciones por la destrucción económica, según su propia retórica, será imposible aumentarlas si se aplican mantenido”, enfatizó.
Por otro lado, si el gobierno niega los derechos electorales a decenas de figuras políticas e insiste en elegir sólo a sus miembros más cercanos al club, está claro que cualquier flexibilización de la prohibición será eliminada y se podrán imponer muchas más restricciones. impuesto. .
Por ejemplo, las sanciones contra Minervain, la empresa minera estatal de Venezuela, se aliviaron temporalmente de acuerdo con el progreso del proceso de diálogo en Barbados. Luego de constatar que el gobierno venezolano incumplió el “espíritu” de la hoja de ruta mencionada en el diálogo, inmediatamente se revocó la licencia de apertura y se cerraron las pocas puertas que se abrieron.
Las medidas, que revocan licencias que de alguna manera permiten a Minervain operar libremente, se consideran el primer paso en la amenaza de sanciones más duras. Es decir, excluir licencias que flexibilicen las sanciones contra el banco central y PDVSA.
Un claro incumplimiento de acuerdos centrados en garantías: “un proceso electoral limpio y con libre participación democrática” podría derivar en sanciones mucho más fuertes, como la revocación de la licencia de Chevron y la prohibición de operar en el país. Esto sería desastroso para Venezuela.