con una espátula
Estados Unidos tiene la llamada ley de diez años para legalizar a los inmigrantes. Se le conoce comúnmente como Una persona con más de diez años continuos en el país puede adquirir la residencia permanente. Hasta ahora suena increíble, pero esta imagen merece algo de sustancia.
Por El Diario NY
Por ejemplo, una persona que actualmente se encuentra en un proceso de deportación ante un juez de inmigración. Pero no sólo eso, las autoridades migratorias ni siquiera han emitido documentos de cargo para intentar deportarlo.
El segundo elemento es que la persona pueda demostrar –y aquí es donde entra la parte complicada– que su deportación causaría un daño inusual y extremo a un tercero calificado. En este caso, debe ser ciudadano estadounidense o residente permanente, por ejemplo, cónyuge o hijo que sea ciudadano.
Entonces, lo que la estadística pide no es protección para los inmigrantes que ingresaron al país sin documentos o permanecieron en el país durante diez años. Más bien, protege a la persona a la que dejará sin su “ayuda” de un daño inusual.
Es un niño estadounidense y no califica automáticamente. Ese niño debe estar en circunstancias muy críticas para que, en caso de una posible salida de Estados Unidos, pudiera verse afectado. Es decir, con un tratamiento que no está disponible en el país al que eventualmente serán deportados, o con un padre o una madre con una carga familiar, capacidad para trabajar o discapacidad muy pesada.
Los funcionarios de inmigración suelen pedir muchas pruebas en estos casos. No hay que creer que se trata de un camino fácil y, estadísticamente hablando, su tasa de éxito es bastante baja. Obviamente, si no hay otra manera o alivio migratorio disponible, la persona ya está en proceso de deportación y tiene una situación familiar complicada, por lo que debe intentarlo.
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