con una espátula
El ejército israelí dijo que estaba “preparado para cualquier eventualidad” después de que Hamás matara a dos personas en el Líbano, lo que generó temores de que los combates en la Franja de Gaza pudieran intensificar las tensiones regionales.
Las fuerzas armadas están “en alerta muy alta en todas las áreas, tanto defensivas como ofensivas”. El portavoz militar israelí, Daniel Hagari, declaró: “Estamos muy preparados para cualquier eventualidad”, sin comentar directamente sobre el asesinato del martes del número 2 de Hamás, Saleh al- Aruri en Beirut.
Aruri murió junto a sus guardaespaldas en un atentado con bomba perpetrado por Israel, que prometió destruir a Hamás tras un ataque del 7 de octubre por parte de ese movimiento islamista, indicaron fuentes libanesas y del Movimiento Islámico Palestino.
Israel ha hecho pública la muerte de comandantes de Hamás y otros funcionarios de Hamás en Gaza, pero Aruri fue la figura de más alto rango y el primer bombardeo en la capital libanesa desde que comenzaron las hostilidades.
El acontecimiento profundizó los temores de que el conflicto de casi tres meses entre Israel y Hamás pueda extenderse por toda la región.
La muerte de Aruri no conducirá a la derrota de Hamás, han indicado sus dirigentes.
El líder de Hamas, Ismail Haniyeh, dijo que es un movimiento “cuyos líderes y fundadores se convirtieron en mártires de la dignidad de nuestro pueblo y nuestra nación”.
En el Líbano, el movimiento chiita Hezbollah juró venganza y calificó el asesinato como “un ataque grave contra el Líbano (…) y un acontecimiento peligroso”.
Por su parte, el primer ministro libanés, Najib Mikati, afirmó que las muertes “quieren arrastrar al Líbano a la guerra”.
Los ataques de Hamás en Israel el 7 de octubre mataron a unas 1.140 personas, la mayoría civiles, según un recuento de la AFP basado en cifras oficiales israelíes. Entre los muertos había más de 300 soldados.
Los combatientes también tomaron alrededor de 250 rehenes, incluidos 129 prisioneros, según las autoridades israelíes.
Después del ataque, Israel lanzó un implacable bombardeo y una ofensiva terrestre que mató al menos a 22.185 personas, en su mayoría mujeres y niños, según el Ministerio de Salud de Gaza.
Con información de AFP