La primera ronda de conversaciones de paz del gobierno colombiano con Mercatalia II, un grupo armado de disidentes de las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, finalizó el sábado en Caracas con el anuncio de la organización de un alto el fuego unilateral.
El documento, firmado entre las partes y publicado anoche en la página web oficial de la comisionada de paz, señala que la segunda marketalia “se compromete a no estar armada ni uniformada en cabeceras municipales y centros urbanos ni en rutas terrestres y fluviales”.
Además, se comprometió a entregar a los detenidos y respetar a la población civil.
La carta aclaraba: “Este alto el fuego unilateral no significa limitar los poderes constitucionales y legales del pueblo”.
Estos son parte de los pasos iniciales para desactivar el conflicto acordados luego de seis días de reuniones en la capital venezolana. Asimismo, se sentaron las bases para la gestión de mesas de negociación y gestión de conflictos.
También se conformará una comisión técnica para la georreferenciación de las segundas zonas de presencia de Marketalia y se realizarán reuniones con las comunidades involucradas, agrega el documento.
*Leer más: Colombia y II Marketalia anuncian el inicio de nuevas negociaciones
Elizabeth Dickinson, experta de la organización sin fines de lucro International Crisis Group, dijo a la AP que el éxito del diálogo con estos disidentes dependerá de “ciertos resultados para la población”. Los gobiernos deben aprender de otros procesos porque “lo que ha pasado es que hemos avanzado en el papel”, pero la violencia sigue siendo una realidad.
En la mesa de negociación están países garantes como Noruega, Cuba y Venezuela, y el apoyo de Naciones Unidas y la Conferencia Episcopal de Colombia.
La Segunda Mercatalia está integrada por disidentes de las extintas FARC que tomaron las armas tras abandonar un acuerdo firmado con el Estado colombiano en 2016 durante la presidencia de Juan Manuel Santos. Está dirigida por Luciano Marín Arango, alias “Iván Márquez”. Según estadísticas oficiales, alrededor de 1.788 hombres forman parte de sus filas.
Según Dickinson, las negociaciones con estos disidentes tienen particular relevancia allí donde tienen presencia, como en el departamento de Putumayo, al sur de Colombia, donde el Comando Fronterizo, parte de esa organización, tiene “un control casi total”. .
“Vale la pena intentar minimizar el daño que el grupo ha causado a la población”, añadió.
A las negociaciones con la Segunda Marketalia se suman el Estado Mayor Central, disidentes desaparecidos de las FARC y guerrilleros activos del Ejército de Liberación Nacional.