con una espátula
Para algunas estrellas de Hollywood, a veces parece más fácil encontrar un buen papel que un gran amor, y Anne Hathaway puede dar fe de ello. La actriz que nos deleitó con los looks de moda más increíbles en The Devil Wears, que nos cautivó con su transformación en Les Miserables, se enamoró de la monarquía en Our Diary of a Princess y sonrió en War of Brides, no fue fácil ser romántico.
Por infobae
Aunque su madre, Kate McCauley, era actriz de teatro cuando su hija anunció que quería seguir ese camino, sus padres le dijeron que intentara hacer una carrera universitaria. Ann se matriculó en Letras, luego en Ciencias Políticas pero nunca olvidó su profesión. Ya desde su nombre, su destino está marcado. La llamaron Anne Hathaway en honor a la esposa de William Shakespeare.
Tras formarse con cursos intensivos de actuación, estudiar danza y formar parte de un coro como soprano, Anne tuvo la oportunidad de aparecer en algunas series de televisión. A partir de 2001, protagonizó The Princess Diaries, una comedia familiar de Disney que cambió su vida. Y ese comienzo no fue del todo prometedor. Cuando se presentó a la audiencia, cuando trató de sentarse, se cayó de la silla. Lo que podría poner nerviosa a la mayoría de la gente debido a que era ridículo y fue esta actitud espontánea y divertida la que cautivó a todos y le ganó el papel.
La película fue un gran éxito y, a la edad de 19 años, Anne se encontró haciendo lo que amaba y con el reconocimiento del resto. Le siguieron otros títulos no tan exitosos pero donde destaca su rendimiento. Empezó a involucrarse en propuestas familiares y para salir del casillero decidió seguir el consejo que le dio Julie Andrews: una estrella desnuda en la pantalla que la apartara de la imagen de estrella infantil. Lo hizo en Havo, pero el papel que definitivamente lo sacó de la categoría de “pococlaro y película familiar” fue en Brokeback Mountain. Al año siguiente pasó de ser una sufrida esposa y una hija reprimida a ser una joven valiente y una perfecta secretaria al estilo de Las guerras del diablo. Lejos de verse eclipsada por la interpretación de Meryl Streep, Anne no solo brilla con luz propia, sino que empodera a actrices establecidas y actrices emergentes por igual, convirtiendo la película en un éxito de taquilla de 125 millones de dólares.
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