con una espátula
Migrantes y activistas en la frontera con México expresan su preocupación porque las elecciones presidenciales en México y Estados Unidos se realizarán simultáneamente en 2024, por lo que temen que esto derive en más restricciones y deportaciones.
Tanto los representantes de inmigrantes como de asilo en la ciudad fronteriza estadounidense de Ciudad Juárez, que se ha convertido en el epicentro de la crisis, esperan que las leyes se endurezcan si los gobiernos cambian en ambos países, como lo hizo el gobernador el mes pasado. Greg Abbott, de Texas.
El factor más preocupante es el regreso del expresidente estadounidense Donald Trump (2017-2021), quien ha intensificado su retórica antiinmigrante, dijo el pastor Francisco González de la red de albergues Somos Uno de Juárez.
“Cuando el gobierno cambie, las leyes probablemente serán más estrictas, como en el caso de Texas, donde está vigente esta ley que acaban de aprobar, donde lo único que se logrará es desigualdad, lo que aumentará la desigualdad racial”. , detalló el pastor.
Selección entre inmigración récord
México celebrará elecciones el 2 de junio, con el partido gobernante Claudia Schönbaum liderando las encuestas y una posible continuación de las políticas del presidente Andrés Manuel López Obrador, mientras que Estados Unidos celebrará comicios el 5 de noviembre con un posible nuevo conflicto entre los presidentes. Joe Biden y Trump.
La elección sigue a las cifras históricas de diciembre de personas que buscan ingresar a Estados Unidos por la frontera con México, y la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) confirmó el mes pasado más de 2.2 millones de llegadas de migrantes en enero desde noviembre.
Pero el pastor González cree que las campañas no detendrán la inmigración porque hay personas que no ven otra opción que llegar a Estados Unidos en sus países.
“Muchas personas vienen porque no les queda otra opción, estas personas, aunque la ley sea más estricta, seguirán viniendo, pero ahora con más riesgo”, explicó el director de una red que agrupa a 13 albergues religiosos en Ciudad Juárez. .
Sin embargo, lamentó el aumento de la hostilidad y el racismo contra los inmigrantes, como la nueva ley texana SB4 que desde diciembre permite a policías y jueces de Texas detener y deportar a extranjeros sin el debido proceso, aunque la inmigración es competencia del gobierno federal estadounidense.
“Ahora es complicado (para los inmigrantes) porque, en el momento que entran, cualquier autoridad ahora puede detenerlos o deportarlos o, en su caso, meterlos en prisión hasta por 20 años”, explicó el pastor González.
Incertidumbre entre los migrantes
Ana María Puero, venezolana, lleva cinco meses en México, cuatro de los cuales fueron en Juárez, donde se encuentra en un albergue a la espera de una cita con el sistema migratorio de Estados Unidos.
Venezuela cree que la campaña electoral en ambos países complicará su llegada a Estados Unidos, especialmente si Trump gana un segundo mandato como presidente.
“Por todo lo que se oye, a él no le gustan los inmigrantes y no sabemos qué podría pasar si gana”, dijo Puero.
Los migrantes de México, como Verónica Samudio del estado occidental de Michoacán, también tienen temores.
Cruzó a Estados Unidos hace cuatro meses, pero las autoridades lo rechazaron antes de que pudiera ser procesado bajo la amenaza de que lo separarían de su nieto.
“Llevo cuatro meses esperando aquí que se legalice todo para que nos dejen ir a donde vamos”, relató.
Agregó que tenía claro que un cambio de gobierno en Estados Unidos haría más complicado que el dinero llegue a su destino, especialmente si el Partido Republicano recupera la Casa Blanca.
“La ley que pusieron (en Texas) para que la policía tenga derecho a deportarnos, está mal porque cualquiera quiere cruzar para allá y, si alguien viene de su pueblo, es porque está huyendo de una situación difícil”. situación. Y eso está fuera de nuestro camino”, dijo.
Caracas Al Dia