Por María Laura García
Si miramos al mundo con una mirada optimista, cada año e incluso cada día puede ser una nueva oportunidad para ser mejores. La primera y segunda semana del año, si se piensa bien, pueden presentar un escenario ideal para hacer un balance y analizar lo que se ha hecho hasta ahora, bueno o malo, y cómo se podría haber hecho de otra manera. Para obtener mejores o esperados resultados para nuestra vida.
Algo importante, poder cambiar es tener claro lo que está en nuestras manos, porque definitivamente hay aspectos que están fuera de nuestro control. Para mí, la última semana de diciembre y la primera semana de enero son siempre un buen momento para explorar e introspectar y aprovechar todas las oportunidades.
Incluso en momentos en los que pensamos que es imposible continuar, no hay esperanza, todo pasa y siempre avanzamos, basta con retroceder al 2020, el panorama se pintó de colores imposibles, sin embargo, ya llegamos con Esfuerzos y pérdidas, pero llegamos al 2024, estamos vivos, muchos de nosotros incluso sanos y con algunas buenas historias que contar.
Por eso mi recomendación es enfocarnos en las metas, estar en el lado bueno de la “situación” y fluir, confiar en Dios, por supuesto, tener claro lo que queremos, arriesgarnos a hacer cosas nuevas, estar siempre dispuestos a dejar la comodidad. zona, utilizar las herramientas que tenemos. Después de hacer un balance y de lo que tenemos que intentar y desarrollar, ¿qué hay que desarrollar y mejorar? ¿Qué corregir o recalcular? Ay, ¿a quién dejaré o de qué me desharé?
Detener lo prohibido, a menos que tome impulso y dé lugar al miedo en nuestro corazón. Paralizarnos “La vida se pierde y lo único que no se puede recuperar es el tiempo, por eso hay que usarlo sabiamente. Haz y haz lo mejor sin parar y el resultado será: “positivo”. Si agregas más, no puedes darle menos. ¿Entonces? “Vamos a tirar palomas”.
El fin de un ciclo…
El inicio de un nuevo año da lugar a un nuevo ciclo, obstáculos superados, superados o no, sin duda hay oportunidades de adquirir experiencias que siempre pueden significar una mejora dependiendo de nuestra actitud. Todos nosotros, con sólo nacer y respirar, tenemos que pasar por crisis vitales; Algunas son esperadas, otras inesperadas lo que fortalecerá nuestro carácter si sabemos ser resilientes. Estas crisis esenciales, especialmente las esperadas (un examen, aprender a caminar, perder a un ser querido, etc.), son fases que nos imponen desafíos que, dependiendo de nuestra edad, debemos superar; Y así es como nos desarrollamos internamente y nos transformamos. Entonces, no es lo mejor preocuparse o inquietarse, sólo actuar con fe y listo.
Insisto, aunque sea difícil, practica viendo lo positivo que puede ser todo, para no hundirte.”la imposibilidad“Y en consecuencia detenerme. Un nuevo año es una nueva oportunidad para plantearse nuevas metas o seguir intentando las ya decididas.
Pregúntate, ¿qué área de mi vida merece más atención? ¿Qué debo mejorar de mi personalidad y de mi trabajo? ¿Qué hago para sentirme realizado?… Bueno, hay tantas preguntas como personas en el mundo. Te invito a hacerlos y establecer un plan de acción para que no sea solo un análisis, sino que tengas claro lo que hay que hacer para cambiar lo que tienes entre manos.
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