Un fin de semana marcado por la violencia se ha visto sacudido por un nuevo tiroteo en Estados Unidos después de que un tiroteo la madrugada del domingo en una fiesta callejera en Detroit, Michigan, matara a dos personas e hiriera al menos a otras 18.
El incidente tuvo lugar en la popular “zona roja” de la ciudad, donde gobiernan las pandillas, según diversos informes.
Se informa que un hombre de 22 años, cuya identidad no ha sido confirmada, abrió fuego al este de la “zona roja” alrededor de las 02:25 hora local. El área lleva el nombre de la banda criminal Seven Miles Bloods.
Una mujer de 20 años murió tras recibir un disparo en la cabeza, según medios locales. En tanto, un joven de 21 años murió tras recibir un disparo en la espalda.
La policía describió a las víctimas del tiroteo como personas de entre 17 y 28 años.
Varios se encuentran en estado crítico
Según The New York Post, una joven de 17 años se encuentra en estado crítico. Otros 13 se encuentran en estado crítico y tres en estado estable. Varios de ellos están siendo intervenidos quirúrgicamente.
Según los informes, el tirador sufrió una herida de proyectil en la pierna izquierda y fue trasladado a un hospital tras su arresto, donde se encuentra en condición estable.
El barrio noreste de Detroit es uno de los más violentos de la ciudad, según múltiples informes.
“El problema es la normalidad de estos proyectiles. Cuando llegue el 1 de enero, la policía dirá que el crimen ha disminuido y entonces empezaremos de nuevo. “Las funerarias, los hospitales y las floristerías se benefician de la delincuencia en Detroit”, afirmó el comisario de la policía local, Ricardo Moore.
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Cabe señalar que un hombre armado mató a cuatro personas más en Kentucky la madrugada del sábado. Sucedió cuando un joven de 21 años irrumpió en una fiesta a la que no estaba invitado y abrió fuego. Mató en el acto al dueño de la casa y a tres jóvenes.
Luego huyó, pero mientras la policía lo perseguía, su coche cayó a una zanja. Al final, murió a causa de una herida de bala autoinfligida.
El violento incidente coincidió con el feriado del Día de la Independencia estadounidense. Según los expertos, es normal que en estas fechas aumenten los conflictos armados. La causa, sugieren, responde a una combinación de factores, como la proliferación de eventos sociales y el aumento del consumo de alcohol.
