con una espátula
En un día marcado antes y después de la lucha por la justicia y la equidad global, la Fundación Arcadia saluda la resolución de hoy de la Sala de Apelaciones de la Corte Penal Internacional. El precedente invalidó un recurso presentado por el régimen de la República Bolivariana de Venezuela, que buscaba bloquear las investigaciones sobre posibles crímenes de lesa humanidad cometidos en suelo venezolano desde al menos abril de 2017.
Esta sentencia constituye un rayo de esperanza para las víctimas y un paso significativo hacia una justicia sin fronteras. Se ha determinado, con la sabiduría y consideración que exige la gravedad del asunto, que Venezuela, en su estado actual, no cuenta con una infraestructura judicial capaz de abordar con veracidad y precisión los alegatos presentados. Es evidente la ausencia de un sistema judicial sin independencia para ejercer la diligencia necesaria en las investigaciones y procedimientos judiciales pertinentes.
Ante el horizonte de la investigación, está previsto el inicio de procedimientos individuales que intentarán imputar cargos penales a los autores de estos hechos punibles sistemáticos y generalizados. Informes de autoridades internacionales han advertido que numerosos funcionarios de los sectores civil y militar podrían verse citados a juicio, incluso sujetos a órdenes de arresto emitidas al amparo del Estatuto de Roma, si fuera necesario.
La Fundación Arcadia, bajo la dirección del profesor Robert Carmona-Borjas, su director ejecutivo, reafirma su voto de confianza en la creación de un mundo donde prevalezcan las libertades esenciales y los derechos inalienables, socavados hoy por regímenes totalitarios como el de Venezuela. Este compromiso se extiende más allá de Venezuela, a nuestros países hermanos latinoamericanos oprimidos bajo un yugo similar en el caso de Nicaragua y Cuba.
Desde la capital de la triunfante nación estadounidense, Washington, DC, y en una fecha tan simbólica como el 1 de marzo de 2024, la Fundación Arcadia tiene, y siempre tendrá, el honor de reiterar su dedicación a una causa. Su fundamento: la democracia, los derechos humanos y la dignidad de todo ser en concierto de las naciones.