Un portaaviones estadounidense de propulsión nuclear llegó el sábado a Corea del Sur para realizar ejercicios militares trilaterales contra las amenazas de Corea del Norte que se han intensificado tras su alianza con Rusia.
La llegada del grupo de ataque USS Theodore Roosevelt a Busan se produce un día después de que Corea del Sur convocara al embajador ruso para protestar por el acuerdo entre el presidente ruso Vladimir Putin y el líder norcoreano Kim Jong Un, en el que los países se comprometieron a ayudar en caso de un ataque.
Corea del Sur ha dicho que el acuerdo amenaza su seguridad y advirtió que podría enviar armas a Ucrania para defenderse de la agresión rusa, lo que seguramente deterioraría su relación con Moscú.
Tras la reunión de sus ministros de Defensa en Singapur hace unos días, Estados Unidos, Corea del Sur y Japón anunciaron estrategias conocidas como “Freedom Edge” destinadas a mejorar las capacidades de respuesta de los países en diversos teatros de operaciones, incluida la aviación. , mares y ciberespacio.
Theodore Roosevelt participará en la maniobra del Grupo de Ataque, cuyo inicio está previsto para este mes. Las fuerzas surcoreanas no han revelado detalles del ejercicio.
La marina de Corea del Sur dijo en un comunicado que la llegada del Theodore Roosevelt demostró una fuerte postura de defensa para los aliados y una “fuerte voluntad de responder a la creciente amenaza de Corea del Norte”. La visita del portaaviones se produce siete meses después de que otro portaaviones, el USS Carl Vinson, llegara a Corea del Sur en una demostración de fuerza contra Corea del Norte.
El Grupo Theodore Roosevelt participó en abril en un ejercicio con Corea del Sur y Japón en el disputado Mar de China Meridional, donde crecen las preocupaciones sobre los reclamos territoriales chinos.
Ante la amenaza norcoreana, Estados Unidos, Corea del Sur y Japón han aumentado su entrenamiento conjunto y la visibilidad de los activos militares estadounidenses en la región en un esfuerzo por intimidar al Norte. Estados Unidos y Corea del Sur también están actualizando sus estrategias de disuasión nuclear, y Seúl busca garantías estadounidenses de que Washington utilizará sus capacidades nucleares rápida y decisivamente para defenderse en caso de un ataque nuclear de Corea del Norte.