Los expertos afirman que vivir en el “armario” no es una opción voluntaria, sino un acto obligado para escapar del estigma y la violencia.
Valencia. Martina Fasanelli, una joven carabobeña, se ve envuelta en una situación inesperada y dolorosa. Después de descubrir accidentalmente que su padre ha estado ocultando su homosexualidad, se ve obligado a enfrentar una dura realidad: los miembros de la población gay, lesbiana, bisexual, transgénero, intersexual y queer (LGBTIQ+) de Venezuela enfrentan dificultades para expresarse libremente. su identidad
Grindra Chat, una popular aplicación de citas para hombres homosexuales en el teléfono de su padre, sacudió los cimientos de la vida de Prakash Fasanelli.
“Tomé el teléfono de mi madre para buscar unas fotos y encontré capturas de pantalla de chats de una aplicación desconocida, con fotos de genitales”, dijo la joven con expresión enojada.
Salir del armario es el proceso mediante el cual una persona lesbiana, gay, bisexual, transgénero o alguna otra identidad o expresión de género no heteronormativa decide revelar públicamente su orientación sexual o identidad de género.
Aunque inicialmente se sintió rechazado, Fasanelli logró ponerse en el lugar de su padre, luego de comprender el miedo y la infelicidad que debe cargar un hombre de casi 60 años, crecido en otra época, donde no era frecuente salir del closet. imposible
“¿Cuánto miedo y cuánto dolor debe soportar?” pregunta su mejor amigo, Humberto Generio, quien también es parte de la comunidad LGBTIQ+.
“Como miembro de la comunidad que ha vivido en el clóset, entiendo el dolor de ambos, pero no podemos ver al padre como una víctima. Es un hombre de unos 60 años, criado en otra época. Salir del armario no siempre fue una opción; A veces era mejor esconderse y formar una familia. ¿Cuánto miedo y cuánta infelicidad tiene que soportar?”, reflexionó Janero.
La curiosidad mató al gato
La revelación obligó a Martina a acudir a terapia para afrontar la situación. Por un lado me sentí rechazado; Por otro lado, el dolor de sentir ese rechazo hacia el padre. Le recomendaron que se desvinculara del conflicto matrimonial, pues era un tema de relación que no la involucraba. Aun así, se sintió traicionada. “Mi familia no era lo que pensaba que sería”.
El psicólogo le sugirió ponerse en el lugar de su padre para comprender mejor su situación.
Uno de los principales motivos para permanecer en el armario es el miedo, y datos del Observatorio Venezolano de Violencia LGBTIQ+ (OVV LGBTIQ+) así lo reflejan. Los resultados de una reciente encuesta realizada por OVV LGBTIQ+ muestran la dura realidad que enfrentan las personas LGBTIQ+ en Venezuela.
En el primer semestre de 2023, se registraron 154 incidentes de violencia, que van desde incidentes de discriminación hasta delitos de prejuicio y violencia extrema. De ellos, 87 fueron casos individuales, 64 involucraron grupos y 3 fueron mixtos.
Los registros muestran que 73 incidentes de discriminación, 65 de incitación al odio, 11 de delitos de prejuicio, 3 de suicidio y 2 de violencia extrema.
Incluso las pequeñas cosas tienen un impacto
Estas cifras, sin embargo, representan sólo la punta del iceberg. Son sólo casos que salen a la luz pública, pero la discriminación en Venezuela es un problema persistente que también se refleja en las redes sociales.
La microhomofobia, una forma de violencia aparentemente inocua, también juega un papel fundamental en la perpetuación de estructuras de discriminación que mantienen a muchos en el armario.
Según el profesor ecuatoriano Diego Falconi Travez, los microhomófobos generalmente desconocen la violencia que se presenta en el trato cotidiano hacia las personas LGBTIQ+. Si bien no son actos manifiestos de odio, contribuyen a mantener estructuras de discriminación.
Gerald Wing Soo, profesor de psicología de la Universidad de Columbia, explica que comentarios como “no parece gay” o preguntar constantemente por una pareja del sexo opuesto, incluso en broma, disminuyen la diversidad sexual y refuerzan los estereotipos heteronormativos.
Francis Laverde, psicólogo y terapeuta contextual, explica que no existe un perfil psicológico de las personas que optan por ocultar su identidad. “Lo que hay son consecuencias psicológicas, sociales y materiales que afectan a quienes no pueden vivir de forma independiente”.
Estas consecuencias incluyen comportamientos riesgosos, mayor probabilidad de suicidio, aislamiento y vulnerabilidad socioeconómica. “Mantener este secreto en torno a la diversidad sexual no es una decisión, sino una opción convincente para evitar consecuencias difíciles”.
Armario = Opresión
Laverde también señala que el “closet” es más que un lugar secreto; Es un espacio donde convergen múltiples formas de violencia contra la disidencia. “Vivir en el armario nunca puede ser una zona de confort; Es una respuesta a la supervivencia”.
En este sentido, el psiquiatra Linier Tobia enfatiza que “nadie debería sentirse obligado a explicar su orientación sexual”. “Cuando conoces a alguien, no le dices que tienes presión arterial alta. ¿Por qué tienes que revelar si eres gay o heterosexual? Sin embargo, ocultarlo es diferente”, afirma el psiquiatra.
Los intentos constantes de ocultar la sexualidad pueden provocar ansiedad y depresión. “El barco es emocionalmente pesado, aislante y angustioso”.
Una decisión personal
Pese a todo, Loverde destacó que salir del armario es una decisión personal y no se debe imponer a nadie. “Salir sin condiciones seguras es un riesgo. Abordar estas realidades requiere mayor educación y sensibilidad”, subrayó.
Pero el activista por los derechos LGBTIQ+, Daniel Brito, ve la salida del armario como una etapa que cada miembro de la comunidad atraviesa y vive a su manera. “Es un proceso de autodescubrimiento porque cada uno tiene diferentes maneras de salir del armario. No se trata sólo de declararse gay o trans, puedes salir del armario varias veces a lo largo de tu vida y siempre tendrá un significado diferente”.
En su opinión, este activista ve el armario como una imagen compleja. “Para algunas personas es muy fácil vivir allí, se sienten cómodas”.
Aquí Brito destaca que el contexto personal es decisivo. “A una persona trans le va a resultar más difícil. “No estamos hablando de orientación sexual, es una identidad, es negar quién eres”.
Al salir del armario, Linear Tobia cree que hoy es más fácil hacerlo que hace 40 años. La creación de espacios seguros, la visibilidad comunitaria y la inclusión de personas sexualmente diversas en posiciones de poder han contribuido a una mayor aceptación.
Pero Brito dice que a pesar del progreso, todavía es difícil. Tener que ocultar a alguien porque tiene una preferencia sexual o una identidad diferente a la principal ya es una tortura. Brito no rehuye el progreso, pero es consciente de que muchas personas todavía se esconden debido a la desigualdad.
El contexto dice mucho
Volviendo a contextualizar sus ideas, Brito considera muy dañinas las críticas a quienes llevan una doble vida. “Hay personas a las que les resulta imposible adivinar abiertamente su orientación sexual”.
El miedo a salir del armario es tal que muchos se ven obligados a asumir una actitud hiperhomosexual hacia el grupo como mecanismo de defensa y dispersión, explica Brito, mientras Fasanelli detalla que su padre, aunque no es gay, estuvo allí en alguna ocasión. entonces se unió al grupo. Hizo comentarios exagerados para faltarle el respeto.
Aún así, después de un comienzo tormentoso, Fasanelli logró cambiar su actitud hacia su padre. “Él siempre será quien me dio todo, y al final, suficiente para mí”.
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