Los venezolanos residentes en Guyana no ocultan sus temores sobre lo que pueda pasar entre su país anfitrión y su Venezuela natal luego del referéndum consultivo que se llevará a cabo este domingo 3 de diciembre.
Milagro Barrero, una mujer de 40 años, dijo que sólo quería cuidar sus cosas y seguir trabajando. En ese país se gana la vida vendiendo halas, aunque es capaz de comercializar cualquier cosa. Esto se debe a que trabaja en Tushen, una ciudad costera a 41 kilómetros de Georgetown, la capital de Guan.
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“No es el trabajo que soñaba, pero al menos es algo que puedo hacer con mi marido”, dijo en entrevista con El Pitazo. De igual forma, recuerda que en el estado Bolívar, con suerte, pudo encontrarse último.
Afortunadamente, pudo comprar una casa con su marido Roy Durjan. Por ello, está muy agradecido con ese país, ya que le permite enviar remesas a su familia en Venezuela.
Hablando del referéndum, no duda en calificarlo de “locura”. “Si no lo reclamaron (El Esequibo) hace años, ¿por qué lo hacen ahora, cuando ya está poblado?”, preguntó. él dijo Al mismo tiempo, está convencido de que a Maduro “no le importa hacer daño a nadie” siempre que pueda aprovecharlo.
“Maduro podría convertir a Esquibo en un desastre”
Por su parte, Kisemibi Barreto, otro venezolano radicado en Guyana, se gana la vida alquilando peluquerías allí. Declaró que temía una escalada de tensiones entre los dos países por el territorio reclamado y ocupado por unas 300.000 personas.
“No sabemos qué podría pasar”, admite. Al mismo tiempo, dice desconocer las razones por las que Maduro ahora alza la voz en el Esequibo.
Barreto teme que el líder chavista logre incorporar el Esequibo a Venezuela y convertirla en “una zona de desastre”.
“Hay que recordar que Venezuela no padecía una situación grave de desabastecimiento antes de que asumiera el presidente, y si toma el Esequibo, hará lo mismo con él”, vaticinó.