Desinformación, desinformación, amenazas a la libertad de prensa en el mundo a partir de contenidos creados por inteligencia artificial, advirtió Reporteros sin Fronteras (RSF) este miércoles 5 de mayo, que también apuntó al impacto de la inestabilidad política en los medios de América Latina.
Según la clasificación anual de la ONG, que incluye 180 estados y territorios, las condiciones para ejercer el periodismo son “desfavorables” en 7 de cada 10 países y satisfactorias en 3 de cada 10.
Noruega y Corea del Norte ocuparon el primer y último lugar, respectivamente, según la edición de este año del informe.
Sin embargo, uno de los cambios más significativos ocurrió en Brasil, según RSF, que subió 18 lugares hasta los 92 primeros tras la salida del expresidente Jair Bolsonaro, quien “atacó sistemáticamente a periodistas y medios de comunicación durante su mandato”.
La versión 2023 enfatiza las consecuencias de la desinformación.
En 118 países, o dos tercios de los evaluados en la lista, la mayoría de los expertos que respondieron al cuestionario reportan “campañas masivas de desinformación o propaganda por parte de actores políticos en sus países”, especifica la ONG.
El texto apunta al “impacto dramático” de la “industria del engaño en el ecosistema digital” sobre la libertad de prensa.
“Es la industria la que permite que se cree, distribuya o propague la desinformación”, dijo a la AFP el secretario general de RSF, Christophe Delois.
“El diluvio de la confusión”
Según él, este es el caso de los “líderes de las plataformas digitales que se burlan de difundir propaganda o información falsa” y un ejemplo de ello es el dueño de Twitter, Elon Musk, dijo.
Otro fenómeno que afecta a la prensa son los contenidos falsos generados por inteligencia artificial (IA).
“Midjourney, un programa de inteligencia artificial que crea imágenes de muy alta definición, proporciona a las redes sociales falsificaciones cada vez más creíbles y detectables”, subrayó RSF, enumerando ejemplos de imágenes falsas del arresto de Donald Trump “que se volvieron virales”.
La ONG advierte que “la industria del engaño difunde la producción manipuladora a gran escala” a través de empresas especializadas, a veces por cuenta de los gobiernos.
“La información fiable queda sumergida bajo una avalancha de desinformación”, abunda Delois, por lo que “vemos menos diferencia entre lo real y lo artificial, lo verdadero y lo falso”.
“Uno de los mayores desafíos es aplicar los principios democráticos a este enorme mercado de atención y contenido”, supone.
Inestabilidad en América Latina
El regreso de Brasil a América Latina es excepcional.
La “polarización e inestabilidad institucional” que afecta a varios países de la región “fomenta la hostilidad y la desconfianza hacia los medios”, advierte RSF.
En el mapa de libertad de prensa, la región ya no tiene ningún país en verde, lo que significa una situación “buena”.
Costa Rica, que sigue siendo el último bastión, cae 15 lugares y ocupa el puesto 23.
Perú, donde los periodistas “pagan un alto precio por la inestabilidad política crónica”, cayó 33 lugares hasta el 110, según la ONG.
La organización también señaló que México (128) registró el mayor número de periodistas desaparecidos en el mundo (28 en 20 años).
Nicaragua (158; +2) ocupa el siguiente lugar, donde “los periodistas independientes se ven obligados a trabajar en la clandestinidad o en el exilio”, según RSF y Cuba (172; +1).
Venezuela ocupa el puesto 159 y Honduras desciende cuatro lugares hasta el 169.
En países donde el panorama político es menos volátil, “el uso de la desinformación y la propaganda, casi siempre ligada a la violencia en línea contra periodistas y medios”, empeora la situación, señala el informe.
Uruguay (52; -8) y Argentina (40; -11) sufren los efectos de esta tendencia, cita.
Por su parte, España pierde cuatro puestos y se sitúa en el puesto 36 del ranking mundial.
RSF realiza esta clasificación a partir de un “recuento cuantitativo de ataques contra periodistas” y un “análisis cualitativo” a partir de las respuestas de expertos en libertad de prensa (periodistas, investigadores, profesores universitarios, defensores de los derechos humanos…) a un cuestionario. .