En el contexto de la creciente crisis de derechos humanos que se vive en la frontera de Estados Unidos y México, tras el fin del Título 42 del Código de Regulaciones Federales de Estados Unidos, que fue impuesto por la administración Trump durante la pandemia para organizaciones como Amnistía Internacional, esta situación aumenta la desigualdad y convierte a América en la segunda mayor crisis de refugiados del mundo.
El #ConLaLuz de este miércoles aborda este tema con Erica Guevara-Rosas, abogada de derechos humanos y directora para las Américas de Amnistía Internacional, quien explica que varias organizaciones están defendiendo a los DD. h Recientemente visitaron el lugar para comprobar lo que está pasando ahora.
“Se estima que 650.000 personas están atrapadas en esta zona fronteriza, incluido un porcentaje muy alto de venezolanos y haitianos”, dijo durante su conversación con la directora general de Efecto Cocuyo, Luz Meli Reyes.
Para Guevara-Rosas, ninguna política de inmigración o militarización de fronteras impedirá que la gente huya en busca de protección.
“El Título 42, que estaba destinado a ser una medida que no iba a persuadir a la gente de ninguna manera, no aborda las causas fundamentales”, dijo.
“En un momento en que la región americana está experimentando un aumento sin precedentes en el número de refugiados, el compromiso de los Estados Unidos de duplicar su cuota de admisión para estas personas y ampliar las vías existentes para la reunificación familiar y las solicitudes de permisos humanitarios es un argumento para brindar protección muy necesaria para quienes necesitan seguridad. Pasos importantes. También acogemos con beneplácito el compromiso de los gobiernos de Canadá y España de ampliar las vías de admisión para las personas de la región. Sin embargo, no es deseable que la expansión de estas vías vaya acompañada de medidas draconianas medidas coercitivas que negarán la protección y pondrán en mayor peligro a muchas personas, especialmente a los negros, pueblos indígenas, y con consecuencias nefastas para otros pueblos racistas”, agregó el defensor.
El abogado defensor de derechos humanos confirmó que países como México, Guatemala y Colombia se han vuelto cómplices de los abusos a los derechos humanos de los migrantes que solo buscan protección internacional.
“Estos países tienen que preguntarse si no se sienten involucrados. La situación también se puede ver en otras áreas, como la frontera entre Chile y Perú, que el presidente Boric calificó como una victoria diplomática y nada más que un fracaso humanitario”, agregó.